Es indudable que en un Pueblo el ritmo de vida es tranquilo,  saludable y no está expuesta a la contaminación de las grandes ciudades, las personas en general son unidas ya que la mayoría se conoce entre sí, lo que hace a una mejor convivencia, todos sabemos para bien o para mal quién es nuesto vecino. Uno no vive con tanta prisa y siempre hay tiempo para conversar y relacionarse.

Ahora bien, San José de Feliciano está experimentando un proceso  de profundas transformaciones , y como todo cambio trae consigo ventajas y desventajas. Uno de los rasgos distintivos de estos cambios es sin lugar a dudas ver como se pierden ciertos privilegios como dejar las puertas sin llave, los vehículos abiertos o vivir sin rejas.

Los medios de comunicación locales reflejamos sucesos y situaciones antes impensadas, cosas  que creíamos que nunca pasarían en nuestra ciudad:  trágicos accidentes, hechos de inseguridad, violencia, etc.  Pero es ahí donde deberíamos realizar un profundo análisis, una mirada  acompañada por el afán de construir, de aprender, aceptando ante todo que estas dificultades que tanto nos preocupan, son parte del crecimiento  y desarrollo de un pueblo, pero que necesitan ser atendidas con urgencia. Sin lugar a dudas, desiciones políticas, judiciales y la participación activa de la ciudadanía en los hechos de la vida cotidiana, resultan indispensables.

Esta editorial fue impulsada por mensajes y comentarios a nuestro diario, por lo que nos pareció un tema interesante para debatir , evitemos caer en discuciones partidarias superficiales. La mayoría de los Felicianenses son personas de trabajo, con ganas de progresar dignamente y de virir en paz.