Aunque muchos y casi todos me conocen en San Jaime, les voy a contar quien soy, mi nombre es Nora Dalzotto, soy no vidente, vivo en la Colonia N° 9 y quiero compartir con ustedes lo feo que me pasó  esta semana.
Por prescripción médica, todos los días salgo a caminar  SOLA  con mi bastón y mis dos perros cachorros que se están acostumbrando a acompañarme al punto tal que a cada rato se acercan a tocarme la mano con el hocico, en señal de su presencia, cosa que me hacía muy bien.
Este viernes 11 de julio, salí como todos los días y al llegar a mi casa uno de ellos no volvió conmigo. Esperamos un rato su regreso, pero al no volver me inquieté y mi hermana entonces salió a buscarlo. Inmediatamente, al salir de la entrada del campo, ve a unos pocos metros, sobre el camino vecinal al perro; se acercó y vio la escalofriante e inhumana escena del perro recién muerto, con evidencia de un envenenamiento fulminante y al lado una bolsa con resto de comida envenenada.
Mi hermana, paralizada por el espanto, no sabía cómo darme la triste noticia ya que soy hipertensa hasta que reunió valor y me lo dijo. Traté de contenerme pero la angustia y el llanto me dominaron, entonces me pregunté:” ¿quién pudo hacer eso?” ya que además se encontró otra bolsita similar y otro perro muerto un poco más allá. Juntas pensamos, ¿ y si  yo tocaba al perro o cualquier persona que pasa y por curiosidad toca?, ¿qué pasaría?¿habría que lamentar vidas humanas para que alguien reaccione?
Preguntamos a los vecinos: ¿mi perro hacía daño? Y me dijeron que no, pero que  andaban envenenando sin previo aviso y por el mero gusto de hacer maldad.
¿Quién puede ser tan inconsciente, insensible, en una palabra ‘mal nacido’ para arrojar veneno letal en un lugar público? Ni hablar, si esa persona, que creo saber quién es y que seguramente me veía caminar con los perros, tiene mucho menos sentimientos y es mucho más animal que mi perro. Y sin duda goza de impunidad, porque en San Jaime hubo varios envenenamientos como este….si estas personas que son “potenciales asesinos” tienen tanta protección, a nosotros,¡¡¡ ¿Quién nos protege?!!!!
A ese cobarde le digo, que a pesar de todo el dolor… yo quiero hablar con él…Y tal vez pueda entender esto que hizo.
Quiero creer en la JUSTICIA, quiero creer que alguien nos cuida!

Nora Dalzotto, D.N.I 14.414.760, teléfono: 03458-15659244