Hacer cola ya es un hábito incorporado a la rutina de nuestra sociedad. Sin embargo, resulta inhumano tener que pasar la noche a la intemperie. Mal humor, nervios y mucha bronca en la gente.
Todavía el reloj no marcaba las 23 del domingo y ya eran más de 10 las personas que hacían la fila para conseguir los primeros puestos para la atención al día siguiente. Así, calladitos, sin chistar clientes del BERSA de la sucursal de Feliciano, se enfrentan al gélido sacrificio de dormir a la intemperie para poder realizar su trámite de actualización de pensiones.. La situación se genera porque desde la entidad bancaria solo otorgan 20 números.
Este lamentable paisaje ya es habitual desde hace varios días, la gente acude al banco con sus sillones, abrigos y el mate, de mal humor y predispuestos a enfrentar largas horas de espera.
Allí están, parecen pasar desapercibidos para quienes deberían protegernos. ¿pero quien nos protege?
Una innumerable cantidad de veces informamos sobre la Ley Nº 10.236 (LEY DE ESPERA) que fuese sancionada en el mes de Septiembre de 2013 y que hasta hoy no se cumple, así nos acostumbramos, mansos, a perder toda una mañana para realizar cualquier trámite en el banco.
La única verdad es la realidad, y la realidad es que los felicianenses, estamos desprotegidos. Nadie nos defiende.
Pagamos por servicios de primera calidad y recibimos servicios precarios, internet, cable, y demás. Sufrimos a diario cortes de luz, bajones de tensión a los que también nos acostumbramos.
En la ciudad no existe quien defienda al consumidor, por tal motivo, somos nosotros mismos quienes debemos controlar la calidad de lo que consumimos.