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Región

Ocho millones de dólares de fianza para el acusado de mantener cautivas a las jóvenes en Cleveland



Una jueza de Cleveland decretó la fianza para Ariel Castro, acusado del secuestro y violación de las tres jóvenes que estuvieron retenidas en su casa durante una década.

Castro, compareció hoy brevemente ante un juzgado de Cleveland por primera vez desde que fue detenido, el pasado lunes, por el secuestro de Michelle Knight, de 32 años, Amanda Berry, de 27 años, y Gina DeJesús, de 23 años, así como del secuestro de la hija de Berry, de 6 años, según un cable de la agencia EFE.

Castro fue acusado formalmente de los cargos de secuestro y violación de las tres jóvenes, que pasaron entre 11 y 9 años cautivas en su casa, así como de la privación de la libertad de la hija que Berry tuvo durante su cautiverio.

El acusado, vestido con un mameluco azul, mantuvo siempre la cabeza baja y sólo se dirigió en voz baja a su abogada.

La jueza decretó una fianza de dos millones de dólares por cada uno de los tres casos de secuestro y violación y otros dos millones por el secuestro de la menor.

Castro fue acusado formalmente de los cargos de secuestro y violación de las tres jóvenes

Junto a Ariel Castro comparecieron los dos hermanos del acusado, Pedro, de 54 años, y Onil, de 50 años, por cargos no relacionados con las acusaciones formuladas contra el primero.

Los dos hermanos fueron detenidos el lunes junto a Ariel pero el miércoles el fiscal del caso, Víctor Pérez, advirtió que no presentaría cargos contra ellos al considerar que no estaban relacionados con el secuestro de las jóvenes.

Pedro y Onil tenían pendientes acusaciones por dos delitos menores relacionados con el consumo de alcohol y drogas en público y fueron puestos en libertad por la jueza.

Durante la vista, ni Pedro ni Onil, que también vestían mamelucos azules, se dirigieron a Ariel, que permaneció de pie a su lado.

El secuestro concluyó el pasado lunes cuando Berry consiguió pedir auxilio y uno de los vecinos, Charles Ramsey, que comía en un restaurante cercano, al escuchar sus gritos la ayudó a romper la puerta de la casa desde la que la joven pedía ayuda.

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