Sigue la conmoción por el crimen del pibe de 17 años en Curuzú Cuatiá, que apareció cortado en dos; Se comprobó que también fue abusado sexualmente; En el santuario se hallaron cabezas estaqueadas de animales; Se presume que fue asesinado en medio de un rito satánico .



Cada vez se conocen detalles más escalofriantes por la muerte de un joven de 17 años en la ciudad correntina de Curuzú Cuatiá. El muchacho apareció en un descampado con el cuerpo partido en dos. Los investigadores están convencidos que fue en medio de un rito satánico de ofrenda a San La Muerte y de acuerdo a la autopsia, también fue violado.

Este crimen nos remonta por su similitud a lo ocurrido con el niño Ramoncito en la ciudad de Mercedes (a 70 kilómetros de Curuzú Cuatiá), que apareció decapitado en octubre de 2006.

En esta oportunidad, el cuerpo de Nelson Eduardo Escalante apareció partido a la mitad. La mitad estaba de un lado de las vías del ferrocarril, y la otra sección, del otro, entre las ramas de un árbol conocido en la zona como “niño rupá”, sobre una alcantarilla, no lejos de un cementerio. Tras la investigación, se pudo apresar a tres sospechosos del aberrante asesinato.

Se trata de Luis Rivero (26 años), David Duarte (19) y Jorge Pasión (24 años), sindicado en principio como el más comprometido de todos. ¿Una pelea? Ante la policía, uno de los implicados se quebró y le contó a los policías que estaban muy borrachos y que se desató una pelea, donde le dieron muerte a Escalante con un fuerte golpe en la cabeza.

Luego,a uno se le ocurrió que sería buena la idea de partirlo en dos así se pensaría que el tren lo había pasado por encima. Alguien trajo un cuchillo y lo seccionaron, para llevarlo definitivamente al sitio donde fue encontrado.

El cadáver carecía de sangre y eso ya les había dado la certidumbre a los pesquisas de que el crimen se cometió en otro lugar. Además, según el informe de la autopsia que trascendió, la víctima habría sido violada. En el lugar donde realizaron los allanamientos hallaron u n santuario dedicado a San La Muerte. Junto a él había cabezas estaqueadas que podrían pertenecer a un perro, gato u oveja. Había también banderas del “santo” y algunas velas.

Esto abona la hipótesis de un crimen cometido para una “ofrenda de sangre”. A su vez ninguna de las vísceras del menor fue halladas por lo que no descartan que hayan tenido otro destino. 

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