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Deportes

Lanús ganó y se prueba la ropa de campeón

Lanús está para campeón. El equipo entrenado por Guillermo Barros Schelotto, secundado por su hermano mellizo Gustavo, comenzó el Torneo Inicial con una serie de altibajos que hasta pusieron en duda la continuidad del entrenador en su cargo, pero la dirigencia de Nicolás Russo sacó a relucir la lógica que puso al Granate en los primeros escalones del ámbito doméstico en los últimos tiempos y no le dio lugar a los rumores. Hoy, habiendo pasado apenas dos meses, el destino le guiña el ojo.

Los del sur de Buenos Aires batieron a Belgrano en Córdoba por 2 a 0, gracias a las conquistas de Guido Pizarro y Diego González, dejando en el camino al título a un rival directo (si el Pirata ganaba hoy y los 45 minutos que le restan completar con Independiente, donde al término del 1er tiempo ganaba 1-0, también igualaba la línea de Vélez). A falta del tres partidos para que termine la primera parte de la temporada, Lanús comparte la punta de la tabla de posiciones con el conjunto de Liniers, en 32 unidades.

Dueño de un andar ordenado, Guillermo en su versión DT ganó los flashes prontamente. Con declaraciones jugosas desde las formas de practicar este deporte y once futbolistas siempre bien dispuestos, ubicados y precisos, Barros Schelotto no necesitó años para adaptarse al fútbol argentino. Un puñado de meses le bastaron para completar un curso intensivo y erigirse como técnico, con todas las letras.

Sus dirigidos buscaron protagonizar cada partido, incluso este. La idea primordial era sacar una pronta ventaja y después dominar a gusto, con la pelota en su poder. Hoy el desarrollo no lo dejó en evidencia como claro dominador, pero es menester destacar cómo consiguió ponerse en ventaja: sacó del medio, tocó la pelota en corto, desbordó por derecha y centró para el ingreso de Guido Pizarro, quien empujó la pelota al fondo de la red.

Después, claro, sufrió los embates de un Belgrano urgido de una victoria para mantenerse en la conversación, pero no se dejó apabullar Lanús. Un Lanús que cuantas veces pudo se encargó de demostrarle a Juan Carlos Olave que sus intenciones eran volverlo a lastimar apenas pudiera.

Además, en el arco cuenta con Agustín Marchesin, hombre importante bajo los tres palos que hoy se encargó de cortarle los caminos al Pirata cordobés a todo momento. De hecho se erigió como una de las figuras de la tarde en Córdoba.

Para completar la victoria, casi a tiempo cumplido, Diego González llevó calma al Granate, marcando el 2-0 definiendo con justeza ante la salida de Olave. Sin grandes nombres pero con un grupo sólido, Lanús hace camino al andar.

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